Hay que proteger la intimidad de los niños más allá de Internet

El debate en torno a la sobreexposición de los menores en Internet está muy vivo en la sociedad. Una sobreexposición que en el ámbito digital produce efectos importantes a nivel potencial como, por ejemplo, la creación de una huella, el riesgo de acoso o la inseguridad. El impacto que la tecnología alcanza en el estilo de vida deriva en una nueva visión de la intimidad como un bien que debe protegerse en las redes sociales y en otras formas de comunicación que se posicionan en este ámbito.

Sin embargo, el sentido de la intimidad es integral desde el punto de vista humano y conecta con el valor de la privacidad. Por ello, es importante proteger la privacidad de un niño en otros espacios de la rutina como, por ejemplo, ante los vecinos del barrio, con otros padres y madres de la escuela infantil, con familiares lejanos…

La intimidad es un derecho que debe protegerse de forma integral

En el ámbito digital, la protección de la intimidad del menor implica reflexionar sobre las consecuencias que puede tener publicar de forma continuada imágenes del menor en Internet y compartir información cotidiana sobre él. Pues bien, esta reflexión también puede orientarse de forma integral hacia el cuidado del menor desde el punto de vista emocional. Y es que, la intimidad está muy vinculada con el plano psicológico, la afectividad, el bienestar emocional y la seguridad.

Es decir, aunque la sobreexposición de los niños en Internet genera un debate de profunda actualidad, el valor de la intimidad no se reduce a aquello que ocurre en Internet. Sin embargo, aunque la intimidad no debe analizarse desde un punto de vista reduccionista, sí es importante profundizar en cómo la visión de lo privado y el valor de los límites que conectan con el sentido común parece desdibujarse en el ámbito digital.

La intimidad tiene que ver con aquello que se dice o se muestra en un contexto inadecuado

La protección o la pérdida de intimidad tiene que ver con aquello que se muestra ante los demás. Y aquello que se muestra puede ir más allá de una imagen, también se refleja en las palabras por medio de aquello que se dice. Tal vez el alcance de lo que se dice sobre un niño tenga un mayor recorrido cuando el mensaje se integra en una plataforma que conecta con muchos seguidores, pero cada acción que se alinea con la protección de un derecho infantil es importante. Por esta razón, también es esencial reflexionar sobre la trascendencia que tienen otras palabras en las interacciones cotidianas con amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo… No todos los vínculos ofrecen un alto nivel de confianza para compartir confidencias sobre la vida familiar, sobre uno mismo o sobre los hijos.

Además, la intimidad engloba numerosos aspectos cotidianos como muestra la propia vida del hogar. Un hogar no abre la puerta a la mirada de curiosos y desconocidos de forma literal, sin embargo, esto sí es algo que está pasando en el escaparate de las redes sociales.

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